La esencia de la maternidad atípica

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La maternidad… cóctel de sentimientos que te sumerge en un mundo que nunca imaginaste. Siempre acompañada  de esa dualidad enfrentada de no parecerse en nada a las expectativas con las que tantas veces soñamos y a la vez, plagada de instantes tan intensos que cortan la respiración.
La maternidad es ese huracán que elimina de mi cabeza la imagen de madre todopoderosa que había creado durante el embarazo para hacerme sentir en tantas ocasiones pequeña y débil.
La maternidad es esa pesa que me hace bajar de la nube  para enseñarme que ni leyendo todos los libros del mundo sobre crianza, ni escuchando a los mejores profesionales de todos los ámbitos que implica la crianza, ni siquiera si pudiera volver  atrás sobre mis propios pasos y mis hijos volvieran a nacer, tendría en mi poder todas las respuestas y volvería a equivocarme millones de veces.

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Reflejos de cristal

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Y entonces algo capta su atención. Se detiene en seco para observar desde una distancia prudencial que le permite comprender la situación, sin sentirse obligada a participar de ella.

Empieza a dar esos saltitos izquierda-derecha que consiguen derretir mi corazón de amor. Se acerca un poco y vuelve a retroceder. Se queda parada unos segundos, observando. Me resulta muy fácil entrar en su mente e imaginar lo que está pensando.
Poco después, se dirige sonriente y llena de emoción hacia mí:
-Mami quiero que la chica me pinte una mariposa en la cara que vuela con las alas así y así -me dice -.

Le devuelvo la sonrisa y a través del cristal que nos separa la acaricio sin tocarla. Ella me mira con esos enormes ojos buscando mi aprobación. Intento transmitirle ese empuje de seguridad que necesita para enfrentarse a la situación, en esta ocasión no puedo acompañarla físicamente.
-¡Me parece muy buena idea, amor! Si te apetece que la chica te pinte la cara quizás puedas hablar con ella y explicarle.
-Hay que esperar la cola mami -me responde-.
-Sí amor, hay que esperar un poquito hasta que termine de pintar a las demás niñas.
-¡Vale mami!

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Decir adiós y seguir adelante

Tuvimos que decir adiós a nuestro Jardín de Momo, muy a nuestro pesar. Me fui con la sensación de estar en deuda con la escuela porque siento que a lo largo de estos dos años no hemos podido aportar tanto como hemos recibido de ella.

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Distintos planteamientos, el mismo resultado

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El pequeño Guille, siempre sediento de experiencias y emociones por vivir. Para él los modelos teóricos no son suficientes, necesita tocar y sentir para poder entender.
No importa cuántas veces se caiga, incluso en la misma piedra. Si existe una mínima posibilidad de alcanzar su objetivo, lo intentará.
No teme a nada ni nadie salvo a una cosa: a perder una oportunidad para aprender, aunque sea de sus errores. Siempre planeando e inventando actuaciones en las que por la cantidad y la improvisación de las mismas, suele salir con algún golpe que otro y con una idea en su cabeza: «¿Qué ha pasado? ¡Tengo que intentarlo otra vez!».
Valiente y obstinado, con esa carita de «estoy aquí para comerme el mundo». El miedo no es rival cuando se plantea un objetivo.

La princesa de la boca de fresa

Esta desde luego no es la mejor de sus fotos, ni lleva el modelo más idóneo (chándal y encima disfraz de Elsa de Frozen).
Sin embargo esta foto marca un antes y un después en nuestra vida. Mientras la hacía, estaba tan emocionada que casi no podía pulsar el botón.
Muchos ya sabéis que Martina presenta un trastorno alimenticio bastante acentuado debido a sus desórdenes sensoriales. Debido a la fuerte intolerancia que presentaba a la textura de la fruta, ésta estaba totalmente restringida de su dieta.

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Nuestro «Cole»

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Siempre me ha gustado soñar a imaginar. Cuando mi pequeña aún estaba dentro de mí, me gustaba soñar imaginando qué clase de persona sería. La imaginaba siendo una de esas personas que cuando hablan puedes oír cómo el interior de los que la escuchan hace «click» y algo cambia dentro de ellos. La imaginaba segura de sí misma, con ideas propias y capaz de alzar la voz para cambiar las cosas con las que no estuviera de acuerdo. Una luchadora capaz de mostrar al mundo una visión diferente de la realidad. Alguien para quien frases como «siempre se ha hecho así», o «porque sí» no tienen ningún significado.

¡Y es que realmente mi hija es así! Voy a tener que ir dejando lo de imaginar…

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